Para servir a los consumidores, lo primero es ofrecerles una experiencia


Todos los que estén planteando ya sus estrategias para 2013 deberían tener muy en cuenta que el marketing experiencial va a superar al marketing bienintencionado. Pensar que la creación de marca es una misión noble puede tapar el verdadero objetivo del marketing y, además, crear una desconexión con el CEO.

El problema del marketing bienintencionado es que no hace nada para ayudar a que las marcas se conviertan en algo más auténtico y relevante más allá de hacer que los consumidores se sientan más acogidos. En cambio, el marketing experiencial nace directamente de fomentar la conexión directa entre el consumidor con la marca.

“Los consumidores están ahora muy centrados en las experiencias. Es un movimiento que pasa de ser un recaudador de cosas a ser un recaudador de experiencias e historias que duran mucho más allá de la compra de un producto”; explicó el vicepresidente de MasterCard, Cheryl Guerin.

Las compañías de tarjetas de crédito han apostado por el marketing experiencial, como es el caso de MasterCard que ha ofrecido a sus miembros la oportunidad de jugar en el campo Wrigley Field de Chicago por 100 dólares o escuchar música en directo en el Shedd Aquarium por 20 dólares. También Visa ha apostado por la experiencia para el consumidor, ofreciendo eventos privados con famosos.

Pero no sólo hay tarjetas de crédito en el marketing experiencial. La industria de la alimentación, como otras muchas, está pasando por momentos de transformación a medida que sus clientes reclaman experiencias más auténticas. “Por una serie de razones – la crisis económica, las redes sociales, la afición a fotografiar y compartir la comida, etc. – los restaurantes han sido desalojados de sus puntos tradicionales y están perdidos. En todo el mundo, cocineros entrenados o no, están siendo anfitriones de súper clubs esporádicos y legalmente cuestionables en lugares no oficiales”, comentó Mario Ricciardelli, fundador de HipHost.

Y es que los eventos experienciales resuenan entre los consumidores que buscan formas más auténticas para conectar online. “Es la idea del consumo colaborativo, la gente ahora comparte su espacio, su conocimiento”, explicó Ricciardelli.

Por encima de todo, los consumidores quieren autenticidad y eso significa que están tratando de saber todo lo que puedan sobre lo que consumen. Quieren comer la comida allí donde nace, coger su nuevo coche directo de la fábrica y conducirlo por las carreteras para los ingenieros lo han creado. Y cuanto más aprenden sobre lo que quieren más valor y cercanía darán a esas marcas.

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