¿Es el Big Data un gran fraude?


El Big Data está actualmente en boca en todos, tanto que muchos ‘marketeros’ se refieren ya a los datos como la nueva “gasolina” que tanto necesitaba desde hace tiempo su profesión.

Sin embargo, tanto “cacareo” sobre el Big Data está soliviantando los ánimos de muchos, que se atreven a tildar abiertamente esta nueva tendencia de “estafa”.

Los más escépticos alegan que el Big Data es únicamente una manera de meter miedo a las empresas y obligarlas a invertir ingentes cantidades de dinero en tecnología que en realidad no necesitan. Que es sólo una evolución, no revolución, en la manera en la que las organizaciones manejan los datos.

Lo cierto es que las expresiones de nuevo cuño, como es el caso del Big Data, no son a menudo más que un invento para promocionar los intereses de terceros. No es éste, sin embargo, el caso del Big Data, que no sólo es una expresión útil sino que describe una tendencia que es innovadora e importante a partes iguales.

En los últimos tiempos hemos descubierto, a veces boquiabiertos, cómo detrás de numerosos comportamientos (compras online, actividad en los social media, lectura de diarios, etc.) se esconde todo un torrente de datos que son una auténtica “mina de oro” para las marcas, explica Michael Barnett en Marketing Week.

Simultáneamente, y conscientes del poder de los datos, las organizaciones están rastreando y recopilando cada vez más volumen de información sobre sus clientes.

Son los datos acumulados generados a través de una cada vez más ubicua tecnología los que conforman eso de lo que todos hablamos y que llamamos Big Data. Se diferencia de los datos con los que han venido trabajando hasta ahora las empresas en que es mayor en volumen, en que viene de fuentes más variadas y en que no siempre se traduce en formatos “digeribles”.

¿La conclusión? Que el Big Data no es algo nuevo ni tampoco algo totalmente viejo. Y que la inversión en ella ni obra milagros ni tampoco es algo que las empresas deban temer. En realidad, es algo en lo que llevan trabajando desde siempre. Lo que cambia es la cuantía de los datos, su procedencia y su formato.

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